miércoles, 20 de junio de 2012

BARRIO

Las señoras van, tan solas y arrugadas,
cargando con sus gastados bracitos
austeras bolsas de la compra
en autobuses llenos de parados
con pinta de volver de una de esas entrevistas
para las que nunca son lo suficientemente buenos.
Hay manos que se alargan mecánicamente
a la espera de alguna moneda
y otras que reparten publicidad del menú del día
del sucio bar de la esquina
donde viejos solitarios beben sol y sombra
bajo la bandera de una patria de pantomima.
Los trozos de cartón se disponen
como colchón en cualquier cajero,
atisbo del fin del mundo al doblar la esquina.
La pintada revolucionaria de turno
comparte el muro con un "Jenny, te quiero"
y en el suelo se acumulan colillas
apuradas hasta las últimas consecuencias
y en el paso de peatones esperan
demasiadas mujeres embarazadas
para tan pocos metros cuadrados de futuro.
Las sultanas de mercadillo
van castigando baldosas con sus tacones baratos
y el orgullo de barrio pintado en los ojos
mientras la pandilla de las cuencas hundidas
comparte un cartón de vino en el banco de siempre.
Al otro lado de la calle algunos caminan
llevando bien controlada en el bolsillo,
por si acaso se la roban,
la duda de si eso será la vida real
o una deformada imitación.

lunes, 11 de junio de 2012

Circe

Suspiro. Por la vida, por el sexo,
por todos los poetas muertos.
Te acojo entre mis muslos,
me deslizo bajo un beso
y robo tu saliva para susurrarte
que el cariño mejor se lo tengas a los perros.
Auguro fatalidad con cada día nuevo,
la sombra de mis pasos me persigue con tus manos
que me muerden las esquinas tatuando oscuros cercos
mientras me niego a vestirte con la rutina de mis sábanas
y bostezo contigo camino del huerto
maldiciendo perezosa una oración
por la vida, por el sexo
y por todos los poetas muertos.

La soledad

La soledad
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