lunes, 7 de marzo de 2011

Me sobran los motivos

De un tiempo a esta parte, encontrar motivos para tenerte en mi vida resultaba imposible la mayoría de las veces, pero en el otro lado de la balanza no faltaban razones para cerrarte las puertas de mi mundo de una vez por todas. Así que he de decirte que aunque tú seguramente no lo entiendas, tu gran broma final no ha sido la gota que ha colmado el vaso, pues el vaso se colmó hace tiempo. Esta vez  lo has estrellado contra el suelo haciendo estallar los pocos lazos que nos unían en mil pedazos.

Has tenido tantos ultimátum y tantos avisos que esta vez no hay vuelta atrás. Me costó tiempo aceptar que realmente soy lo mejor que te ha pasado en la vida, pero ahora soy tan consciente de ello como tú, y espero que comprendas que has perdido a la persona que más ha hecho por ti y que mejor te ha tratado nunca. No negaré que en ocasiones yo también te he hecho daño, ni me las voy a dar de santa, pero si puedo decir que realmente he intentado una y mil veces hacer tu vida mejor y ayudarte a ser feliz, incluso cuando era consciente de que merecías que mis acciones se orientaran a un fin completamente opuesto. Así que ahora me he propuesto desterrar de mi vocabulario las palabras compasión, perdón y olvido. No es un propósito fácil, pero me mueve una fuerza superior al amor propio o el orgullo, y es que esto no lo hago solo por mi. Si hoy grito "basta" hasta perder la voz, es en honor a mi género, a todas las mujeres que no han sido o no serán capaces de hacerlo y terminarán siendo victimas de algún monstruo demasiado cobarde para enfrentarse a su vida sin  destrozar la de otro. Yo ya he sido por ti muchas cosas que me juré no ser, pero el de víctima es un rol que no pienso asimilar, ni por ti ni por nadie.

Ya te he dicho mil veces que nunca te he pertenecido, pero quiero volver a hacerte notar que mi cuerpo solo me pertenece a mi, y que pienso compartirlo con quien me apetezca, y que muchas manos van a pasar por él, pero las tuyas nunca volverán a rozarme la piel, y mucho menos de la manera en la que intentaste hacerlo esta última vez. 

Lo único que me queda por decir es que si quieres que muchos sigamos considerandote no un hombre, si no un ser humano,  y que si de verdad quieres que me crea que alguna vez me has querido, déjame. No quiero más palabras, escusas ni lo sientos, pues no hay ni habrá nunca una justificación para lo que has hecho. Así que por favor, sigue con tu vida y dejame a mi hacer lo mismo, que no merece la pena acumular tanto odio ni rencor. Por una vez se valiente y enfrenta a la realidad, sigue tu camino sin apoyarte en mi, que apenas me quedan fuerzas para sostenerme yo, pero tengo muchas cosas que vivir y muchos mundos que recorrer, así que a partir de ahora la única felicidad de la que me pienso responsabilizar es de la mía propia.




2 comentarios:

Athos dijo...

Hey love, no voraginees demasiado en sangre y lujuriéate una cana al aire. O dos. Ya sabes que en mi bar siempre hay birras.

O en pocas palabras:
carpe diem/vs./cave canem
Besos

(Mentí, en realidad soy más de whiskey. O de martini. O de...)

Pelete dijo...

Muaks :)

Y me quito el sombrero con tu redacción.

La soledad

La soledad
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