Cuando te fuiste planté lo nuestro en
un macetero
y lo dejé en el rincón con más luz
de la casa
para ver como nuestra historia crecía.
La riego cuidadosamente
y la visito de vez en cuando
para hablarle de ti
o de cualquier otra nimiedad.
Las hojas feas las quito
igual que ignoraba tus defectos,
y los nuevos brotes refuerzan mi
creencia
de que algún día volverás.
Pero esta tarde he tenido un mal
presentimiento,
o tal vez, peor aún, una revelación:
que lo nuestro es una quimera
y esto es solo una maceta,
y que no se trata de amor,
si no de fotosíntesis.
(23 de septiembre de 2012)
3 comentarios:
muy bueno este texto, enhorabuena. con tu permiso voy a seguir leyendo tu blog a ver que encuentro!
1 saludo.
Aunque ya no necesita el permiso, sabe usted que lo tiene y es muy bien recibido por aqui
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