lunes, 29 de marzo de 2010

Crecer al revés

A veces me apetecería poder crecer al revés. Poder desaprender un poco. Me gustaría que me enseñaras a ser una niña de verdad y no una niña perdida. Que me lleves de la mano los domingos al circo o al parque, que me compres helados y me enseñes a saltar a la comba. Quiero que me lleves al colegio y me dejes quedarme el tiempo suficiente para aprender lo que es jugar en “el recreo” y hacer amigos importantes y amigos triviales, pero ser capaz de seguir recordando su cara diez años después. Me gustaría también que me enseñaras a leer cuentos para niños y no novelas para adultos para tener así pensamientos y cosas de niña, y que ver a mi padre me inspirara respeto y la sensación de que a su lado nada puede ir mal, y no todo lo contrario. Ir de vacaciones en familia. Que mi primer beso sea romántico y tímido en vez de sórdido e instintivo. Quiero que me lleves a vivir a una casa y que sea siempre la misma, poder sentirla mía y que mi habitación no quepa en un par de maletas y unos cuantos pósters que pueden llegar a cambiar de paredes hasta nueve veces al año. Quiero que me ayudes a acumular recuerdos que el tiempo no pueda borrar y que hagan que merezca la pena tener memoria y que desplacen a esos recuerdos que el subconsciente elimina para dejarme seguir viviendo.



A veces me gustaría tener el papel de la chica buena, sorprendentemente tierna y normal y no el de la chica mala y compleja que no sabe que responder o como comportarse ante situaciones demasiado sencillas y cotidianas.



Pero esto solo me ocurre a veces. En ocasiones: mientras me miro con tus ojos, cuando me escucho en tus palabras, cuando me asomo un poquito al otro lado del espejo. Pero es una sensación que no dura mucho y casi siempre da paso a una sonrisa. Y es que después de sentirme así me paro un instante a observarme con detenimiento, y miro esas marcas invisibles que me recorren todo el cuerpo y que me hacen ser quien soy. Las acaricio con el cariño que solo puedes profesar a aquellas cosas que durante largo tiempo provocaron repulsión antes de llegar a quererlas, y las expongo ante ti poco a poco, porque sé que son lo que me hacen ser la persona que te gusta ver cuando me miras.


4 comentarios:

Athos dijo...

Los chinorris hacen unas cosas rarísimas con el bambú.
Lo retuercen de mil formas, la planta crece así, sufre para ser "bonita".

Id est:
Es puteada de lo lindo por ser tan flexible cuando es jóven... Por crecer tan rápido.

Y sabes qué? El bambú es tan duro al madurar que lo usan como cimientos en sus casas.

Tan versátil que sirve tanto como para sacudir como para escribir o hacer papel.
Para comer, para curar, para vestir, para hacer instrumentos musicales...

Y además lo tienen que respetar porque esconde animales feroces!

Hay mucha gente que lo confunde con cañas.
Pero el bambú es más de lo que parece.

Unknown dijo...

Los chinorris hacen cosas rarisimas, pero no me digas que no son interesantes. Me gusta el bambú, gracias por la metáfora ^^

Athos dijo...

No hay de qué.

[- ¡Oh, siempre llegarás a alguna parte - aseguró el Gato- , si caminas lo suficiente!]

Me voy aquende los mares por un tiempo, para despalidecerme un poquet cual lagarta que soy bajo el astro rey.
Pasadlo bien en mi ausencia si venís y no os veo.
Besos y pechugazos...
Tis

Anónimo dijo...

Tú ya sabes que a mi me gustaría leer todas las palabras que llevas escritas, y no sólo esos Carisma y Carácter que sabes que leí hace ya tiempo. Aunque siempre me digas que necesito graduarme la vista o que no leo bien, me alegra inmensamente que me vayas dejando leer algunas cosas, que me permitas empezar a comprenderte mejor.

Y, por muy deprisa que hayas crecido, por muy lejos que veas aquel momento en que pasaste de ser una niña de verdad a una niña perdida (menuda suerte la mía al encontrarte), yo siempre estaré esperándote a la salida con un helado en la mano, dispuesta a llevarte al parque, dispuesta a contagiarte con un poco de mi inocencia y a asimilar una pizca de tu madurez, y así, en un ratito, encontrarnos las dos a medio camino.

Enséñame a crecer hacia adelante, yo te ayudaré a crecer al revés.

La soledad

La soledad
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