lunes, 8 de marzo de 2010

Entre el dolor y la nada elijo el dolor

Tocar fondo no significa coger impulso para volver a subir, al menos no en este caso. Mi fondo era falso, y cuando creía que ya no podía caer más bajo, que ya solo podía ir mejor, he vuelto a caerme por un nuevo agujero que he abierto yo sola, y ya he terminado de romperme todas las sonrisas y todas las esperanzas, quedando tan desfigurada que ni el mejor restaurador va a saber como arreglarme. Por más que lo busco, no consigo encontrar mi corazón entre este desorden de vísceras y emociones, y si la sensación de tener el corazón roto es desagradable, ahora puedo decir que perderlo es mucho más doloroso. Me siento vacía, sin fuerzas ni motivos para necesitar tenerlas, con la extraña certeza de que ahora todo lo que puedo ser es este pedazo de nada flotando en el vacío. Y creo que lo más surrealista de todo es que fui yo misma la que abrió un agujero para tirar mi corazón, pues sé que realmente es lo mejor, que es un corazón inútil, sucio, que no sabe hacer nada bien, y estoy cansada de que todo el que intenta tocarlo termine quemándose. Así que pensé que lo mejor sería mandarlo lejos, lo suficiente para que no pudiera seguir haciendo daño, pero al tirarlo me caí detrás como Alicia por la madriguera, y ahora me encuentro aquí, demasiado abajo como para que ninguna cuerda llegue a por mí, demasiado rota como para que sea posible sacarme entera, demasiado cansada como para querer salir. Y puede que sea lo mejor, quedarme aquí deshaciéndome en esta tristeza y en esta nada infinitas. Y es que soy tan cobarde que no merezco otra cosa; a mitad del camino decidí tirar la toalla, elegí no arriesgarme a llegar al final y descubrir si la meta merecía la pena por miedo a que desde allí la posible caída fuera más dolorosa, y ahora ya nunca sabré a que sabe el premio, y si este es mi castigo, espero que se endurezca, porque ni con todo el sufrimiento del mundo podré redimirme de un acto tan despreciable.

2 comentarios:

Athos dijo...

To keep the Alice's topic...
[Ahora que nos hemos conocido -dijo el Unicornio- si tu crees en mí, yo creeré en tí. ¿Trato hecho?]

Athos dijo...

Pero es tan irritante el hecho de darse cuenta que uno tiene cuando no quisiera tener!
Y si se pudiera sacar y guardar en un cajón... Sería el complemento perfecto... Aun así, no acostumbrado uno a llevarlo pudiera resultar pesado cuando uno se lo pusiera...
Tremendo dilema? Pues no, porque no me lo puedo quitar. xD

La soledad

La soledad
3 miradas