domingo, 9 de diciembre de 2007

Orgullo

Caminaba junto a él; oyó cada una de sus palabras sin llegar a escucharlas. Ya sabía lo que decía, solo quería comprobar si el timbre de su voz o su gravedad eran los adecuados.

Siempre le habia costado un esfuerzo sobrehumano mirar a la gente a los ojos, pero se obligó a aprenderse aquella mirada de memoria.

Mantuvo, como siempre que se sentia insegura, las distancias, pero rompió esa barrera invisible que los separaba de vez en cuando para tocarlo un poquito y tener asi la certeza física de que realmente estaba allí, y también porque le gustaba sentir la vida bajo la ropa y la piel.

Habló demasiado, y como siempre no dijo nada. Pero de vez en cuando el le dedicaba una sonrisa o una carcajada, y ella se sorprendia a si misma riendo también, con las mejillas coloradas.

Seguian caminando, pero no llegaban a ninguna parte.

A ratos tenia la certeza de estar dentro de su mente y conocer hasta su más intimo secreto. El resto del tiempo estaba segura de no saber nada sobre él.

Creyó sus mentiras sin llegar a entender sus juegos, y jugó cuando el le mostraba su verdad.

Al fin, mareada, decidió alejarse.

Se despidió de él del mismo modo que se despiden los viejos conocidos, y siguió caminando, sola esta vez; la mirada de él, tal vez triste o decepcionada, se le clavó en la nunca.

A los tres pasos quiso darse la vuelta y correr a sus brazos, contarle todo lo que había aprendido de su voz y de sus ojos, de su risa y su silencio, de sus mentiras y de su piel. Deseó en silencio haberse quedado con él, pero eso supondría admitir que él si le importaba, y que sin el sonido de sus pasos el suelo que pisaba se volvia incierto y perdía cual$quier rumbo.

Discretamente, enjugó una lagrima, alzó la cabeza, soberbia, y no se permitió siquiera volver la vista atrás.

2 comentarios:

Sin piel dijo...

¿Cómo se hace para distinguir entre esa tristeza y la de quien se empeña en agrietar cada motivo?

Nefastófeles dijo...

Lo primero es darte las gracias por el comentario (yo no suelo hacerlos por eso valoro mucho a la gente wque los hace). Lo he contestado en su lugar correspondiente.

Tu espacio es nuevo, y desde luego que promete. No voy a negarlo, me gusta como escribes; no dejes de hacerlo, poruqe al menos yo me he sentido muy agusto leyendo lo que has escrito.

Un saludo

La soledad

La soledad
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