No es justo.
Estoy escribiendo con los ojos cerrados 
porque no soy capaz de dejar 
que las lagrimas salgan.
No por ti, no por nada. 
Si lloras que sea por algo. 
Y si, hay algo por lo que llorar. 
Este vacío que siento, 
esta opresión en el pecho, 
la sensación de ser ridículamente tonta, 
de estar encogiendo,
quien sabe si llegaré a desaparecer. 
No estaría mal desaparecer 
como tu has hecho, 
y no encontrarme ahora que no te encuentro a ti. 
Me he perdido por alguien 
que ni siquiera debe recordar ya mi nombre, 
y la distancia milimétrica 
que separaba nuestras pieles por las noches 
ahora me parece un abismo insalvable, 
un camino sin retorno, sin salida. 
Me he quedado atrapada entre el silencio y la duda. 
No se si no morirme nunca mas o si seguir asi de muerta, 
como siempre había estado 
hasta que tu apareciste 
y me hiciste sentir que podría vivir por mi misma, 
pero ahora todo parece mentira, 
ni un simple hola como estas 
significa más que todas mis palabras, 
pues es tu manera de decir olvídalo, 
nada era verdad, solo necesitaba un poco de calor y de cobijo. 
No quiero amor, no quiero pasión ni palabras bonitas. 
No quiero luz de luna ni estrellas que iluminen mi cama. 
Solo quiero la verdad, saber el porqué de tus actos, 
pues yo si sé el porque de los míos, y se llama soledad. 
Pero se que no importa ya lo que pasó, 
que el tiempo lo arrastrará todo 
y que en 2012 no seremos si no estatuas de hielo, 
y por eso yo he decidido empezar a congelarme ya, 
y no quiero seguir teniendo el corazón tan rojo, 
solo quiero que me digas “por favor no escribas más”, 
y prometo dejar de hacerlo, 
y dejar de buscarte en otros labios, 
pues mi ninfomanía pasajera del viernes 
solo trataba de curarme de tus manos.
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