Padezco una extraña parafilia
que mi psiquiatra llama "ninfomanía rutinaria",
la cual no ejercito para aplacar pasiones carnales 
ni oscuros deseos con besos vacíos 
de manos desconocidas,
simplemente busco a Morfeo 
en los cálidos brazos de cualquiera
que aplaque unas horas mi insomnio.
Así, cada noche mi disfraz de inocencia
atrae toda clase de cazadores furtivos
que sin éxito me hacen víctima 
de sus armas de seducción,
pero cuando creen haberme cazado
se convierten en presas 
del fetichismo de mi almohada.
Entonces juego con ellos como una mantis golosa 
que cansada de devorar amantes 
se deja acunar en sus brazos
para alejar otra noche el fantasma de un amor
que en otros tiempos calentaba mis mañanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario