domingo, 3 de mayo de 2009

FECHA CADUCADA

Cuando hago la compra,
Reviso cuidadosamente la fecha de caducidad de los productos.
Me gusta saber que lo que compro va a durarme al menos
El tiempo suficiente para aburrirme.
Cuando te vi, comprobé que te caducabas en pocos días,
Pero no me importó, porque no estabas a la venta.
Un día te regalaste y aunque creí que no necesitaba una almohada mimosa
Te traje a mi casa porque la sociedad consumista
Nos hace encapricharnos de cosas que no necesitamos.
Así que te acomodé en mi cama y te dejé hacer tu trabajo.
Aunque sabíamos que el sexo provoca cariño,
No nos importó, y jugábamos a encontrarnos por casualidad
Como si hubiésemos llegado a separarnos,
Y comenzamos a acostumbrarnos;
Yo me acostumbré a que me dijeras que no ibas a volver
Y tú te acostumbrarte a colarte detrás de mi cuando abría la puerta.
Me pintaste unas alas rotas,
Y casi consigues hacerme creer que podía volar.
Hoy te has caducado,
Y aunque antes que saber tu nombre supe tu fecha de caducidad
Me ha pillado por sorpresa.
Tal vez no recordé que hoy era 29,
Porque desde que llegaste el tiempo pasó a un segundo plano.
A lo mejor simplemente pensé que si fingía que no iba a pasar
Tú te olvidarías de caducarte,
Pero las almohadas tenéis buena memoria.
Así que a la hora prevista del día acordado,
Te has caducado en mi puerta sin tiempo para un último beso.
Yo no he sabido que hacer ni que decir,
Y sin mirarte he cerrado la puerta,
Consciente de que esta vez no volverás a entrar por ella.
Cuatro noches exactas, con sus amaneceres,
Las mañanas y algunas tardes.
No tendría que haberte comprado
Pues aunque tu etiqueta dijera lo contrario,
Nada es gratis en estos grandes almacenes,
Y ahora tengo que pagarte a plazos
Porque no tengo suficientes ganas de llorar
Para pagar al contado tu partida.
Te has ido sin dejar siquiera tu olor,
Aunque quisiste dejarme el olor de otro.
Tengo aquí tu etiqueta y un caramelo de mandarina,
Pero no me gustan las mandarinas
Ni las etiquetas caducadas.
Me has dejado sin sabanas y sin el arriero,
Pérdida entre todas las preguntas
Que nunca contestabas
Y las respuestas a preguntas que nunca te hice.
Te has caducado, y ya no se puede hacer nada.
Ni siquiera puedo llorar,
Pues solo se tiene el derecho a llorar
Cuando las cosas se caducan sin avisar,
Y ambos estábamos avisados desde un principio.
Sé que para ti también ha sido triste caducarte,
Y que no es culpa tuya,
Pero aún así estoy enfadada contigo
Por haberme enseñado a necesitarte.
Debería dormir,
Pero me faltas tú sobre la cama,
Así que saldré a comprar
Las cosas que no necesito
Con una lista de cuándo quiero que se caduquen,
Para que sea yo quién decida cuando las dejo de necesitar.

1 comentario:

Azdumat dijo...

Consuela saber que no soy la única que sufre de amores con fecha de caducidad... Aunque en realidad sabemos que todo caduca pero, a veces, como dices, aunque sepas la fecha y la sepas pronta, se te antoja, quizás precisamente por eso.

La soledad

La soledad
3 miradas